1. Medida, rima y estrofa
a) Y pues que ya he
prevenido
cuanto al teatro, presumo
que está todo ahora; cuanto
al vestuario no dudo
que allá en tu mente le tienes,
pues allá en tu mente juntos,
antes de nacer, los hombres
tienen los aplausos suyos.
b) El dulce lamentar de dos
pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso,
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
c) Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida;
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer;
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
d) Cuando me paro a
contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino estó olvidado,
a tanto mal no sé por do he venido;
sé que me acabo, y más ha yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.
Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si ella quisiere, y aún sabrá querello;
que, pues, mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo,¿qué hará sino hacello?
Miguel
Lumera Guerrero.
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